Sobre la ciudad

Berna

El bastión progresista de Suiza

Puntos clave

  • 1

    Una actitud positiva hacia las personas migrantes y la sociedad civil antirracista por parte de la Administración bernesa contribuye a una colaboración basada en la confianza entre la ciudad y la sociedad civil.

  • 2

    El compromiso de la ciudad con la importancia de las infraestructuras locales de la sociedad civil se refleja en el Premio a la Integración (2004-2018) y el Premio Social, con los que la ciudad expresa su reconocimiento y agradecimiento por esta labor.

¿Qué tiene de particular la ciudad?

Un rol especial dentro de Suiza: Berna, gobernada por la izquierda, se ha comprometido pública y decididamente con la acogida de personas refugiadas desde 2015. Como la mayoría de las capitales, Berna desempeña un papel especial en la estructura política nacional. Por ello, ha tenido una importante función en la orientación política de Suiza, que es muy conservadora en su conjunto. El Gobierno de la ciudad se ha pronunciado ante el Gobierno federal en repetidas ocasiones a favor de la admisión de más personas refugiadas.

Acoger a 20 personas de Moria es demasiado poco para la capital del rico país de Suiza. Berna podría dar cabida económicamente a 500 personas, y el alojamiento sería factible a corto plazo

Moción en el parlamento municipal de Berna por parte el Partido Verde-Alternativo (GaP), el Partido del Trabajo (PdA) y la Izquierda Alternativa (AL), noviembre de 2020

¿En qué se centran las políticas migratorias locales?

Diseño de las políticas locales de admisión: Berna es una de las dos ciudades de Suiza que tiene su propia oficina de migración. Esto compensa en parte la falta de autoridad sobre la Ley de Inmigración, que en Suiza es de alcance cantonal. También abre oportunidades para dar forma a la política de admisión local. La confluencia de un Gobierno de izquierda y una sociedad civil bien desarrollada ha dado lugar a toda una infraestructura de proyectos antirracistas en Berna. Estos buscan facilitar la integración de las personas que llegan con o sin papeles.

¿Cuáles son los resultados más destacados hasta ahora?

El City ID digital: en 2017, Berna fue uno de los primeros municipios suizos en establecer un centro de asesoramiento con la Iglesia protestante, que apoya a las personas migrantes calificadas a conseguir un empleo acorde a sus cualificaciones. El plan de introducir una City Card digital en toda Suiza que facilite la ciudadanía urbana para la comunidad local indocumentada sería un logro innovador. Aumentaría el acceso a múltiples servicios locales para las personas sin documentación y podría crear una dinámica positiva que llevaría a un mayor reconocimiento y mejores condiciones de vida.

¿Qué actividades políticas y de promoción se han realizado más allá del ámbito local?

Redes locales como Wir alle sind Bern (‘todos somos Berna’) o la Migrant Solidarity Network (Red de Solidaridad con las Personas Migrantes), junto con figuras políticas locales de izquierda, han conseguido que Berna sea cada vez más activa a nivel institucional en abogar, junto con otras ciudades suizas, por la acogida directa de las personas refugiadas. En noviembre de 2020, el parlamento municipal aprobó una resolución: la ciudad de Berna debería acoger no a 20, sino a 500 refugiados y refugiadas de Moria, afirmando que 20 eran demasiado pocos para la capital de un país rico como Suiza. La «moción de urgencia» fue aprobada por una gran mayoría. La concejala Franziska Teuscher dijo en el Concejo que Berna quiere seguir presionando al Gobierno federal para que acoja inmediatamente a más personas refugiadas. La ciudad de Berna se comprometió a ello junto con otras nueve grandes ciudades.

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El informe de la ciudad contiene más información sobre las políticas de migración e inclusión de la ciudad y una selección de los enfoques locales. Informe de 2021, actualizado en 2023.

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Contexto político - Suiza

Organización política

En Suiza, la responsabilidad en materia de ciudadanía, inmigración y admisión de personas refugiadas recae en el Gobierno federal. El Departamento Federal de Justicia y Policía es responsable de la Secretaría de Estado de Migración (SEM). La SEM regula todos los asuntos relacionados con el derecho de las personas extranjeras, como la expedición de visados de entrada, la prohibición de entrada, la nacionalización y el reconocimiento de las personas refugiadas extranjeras. No obstante, los cantones y municipios tienen su propio margen de acción. Así, desde 2014, existen los llamados programas de integración cantonal, que apoyan a las personas solicitantes de asilo en el ámbito de la vivienda, la salud, la asistencia social, el aprendizaje del idioma y la integración en el mercado laboral.

¿Cuál es el trasfondo histórico?

Al igual que en Alemania, el auge económico de Suiza después de la Segunda Guerra Mundial se basó en la contratación de mano de obra extranjera, hasta que el endurecimiento de las condiciones de inmigración en la década de 1960 frenó la migración por motivos laborales. A partir de 1991 se aplicó el llamado «modelo de los tres círculos», que regulaba la entrada de inmigrantes según sus países de origen. El «primer círculo» incluía a las personas de los países de la UE y la AELC, que podían entrar con relativa facilidad. El «segundo círculo» estaba formado por países considerados «culturalmente cercanos» a Suiza y con fuertes relaciones comerciales y migratorias, como Canadá, Estados Unidos y algunos países de Europa central y oriental. Para su ciudadanía, la inmigración era posible con ciertas restricciones. De todos los demás Estados (el «tercer círculo»), solo se permitía la llegada de especialistas con cualificaciones altas y en casos excepcionales. En 1998, los «tres círculos» fueron sustituidos por el «sistema de admisión dual»: desde entonces, los trabajadores y trabajadoras de los países de la UE/AELC pueden entrar en el país si no hay personas nacionales en situación de desempleo en el mercado laboral. Para nacionales de países no pertenecientes a la UE/AELC, las excepciones solo son posibles por razones especiales. La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de Ginebra está en vigor en Suiza desde 1955. Sin embargo, el país ofrecía principalmente protección a las personas que huían de los regímenes comunistas de Europa del Este. Suiza solo participó esporádicamente en la admisión de contingentes de personas refugiadas de la ACNUR. Una serie de reformas de la Ley de Asilo desde la década de 1990 ha dificultado la entrada de las personas solicitantes de asilo. Desde 2008, está en vigor el Convenio de Dublín, y Suiza traslada a sus solicitantes de asilo a los Estados responsables según este convenio.

¿Cuáles son los principales cambios de los últimos años?

La política migratoria suiza está fuertemente influenciada por la presencia parlamentaria del Schweizerische Volkspartei (SVP, Partido Popular Suizo), de carácter populista y de derechas. Su influencia llevó, entre otras cosas, a que Suiza (sede tanto de la ACNUR como de la OIM) dejara en suspenso, en septiembre de 2018, su adhesión al Pacto Mundial de la ONU sobre Migración, cuyas negociaciones había contribuido a impulsar. Esto fue una señal fatal para la diplomacia migratoria.

En 2010, en una campaña racista, el SVP sometió a votación un referéndum «por la deportación de extranjeros delincuentes», también conocido como «iniciativa de deportación», que fue aprobado por casi el 53 % de los votantes. Desde entonces, incluso las personas cuyas familias han vivido en Suiza durante varias generaciones pueden ser deportadas tras cometer delitos. Un año antes, el SVP había logrado una decisión mayoritaria para prohibir la construcción de minaretes con una campaña igualmente racista.

En marzo de 2019 entró en vigor una reforma de la Ley de Asilo, según la cual todos los procedimientos deben completarse en tan solo 140 días. Desde entonces, las personas solicitantes de asilo son alojadas en los recién creados «centros federales de asilo» mientras dure el proceso acelerado. Ahora solo se prevén plazos cortos para los recursos. Quienes deseen volver a casa antes de la primera audiencia sobre la solicitud de asilo reciben 1000 francos de ayuda a cambio.

En 2020, fracasó un referéndum del SVP llamado «iniciativa de limitación» que pretendía prohibir la libre circulación de personas en la UE, tal y como establecen los tratados bilaterales entre Suiza y la UE.

¿Cuáles son los logros de las campañas progresistas?

En octubre de 2020, Wa Baile, un ciudadano suizo de raza negra, logró un triunfo decisivo contra los controles policiales racistas. Junto con la iniciativa de la sociedad civil « Allianz gegen Racial Profiling’» (Alianza contra los Perfiles Raciales), formada por personas activistas, académicas, trabajadoras de la cultura y organizaciones de derechos humanos, Baile lideró denuncias estratégicas contra un control policial injustificado en la estación central de Zúrich. Tras diversas derrotas en varias instancias, el Tribunal Administrativo de Zúrich dictaminó en octubre de 2020 que el control se había hecho sin suficientes pruebas objetivas y, por tanto, era ilegal. Paralelamente, el caso está pendiente de resolución en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos desde 2018, por lo que podría poner fin a los perfiles raciales.

En 2016, diversos grupos antirracistas lograron contrarrestar el endurecimiento de las prácticas de expulsión. Una iniciativa popular del partido SVP quería que fuera imposible apelar las deportaciones de personas extranjeras delincuentes. Alianzas de ONG, figuras políticas, activistas y docentes del ámbito universitario se opusieron públicamente a la reforma prevista y, en febrero de 2016, esta fue rechazada por mayoría de votos.