Sobre la ciudad

Varsovia

Promover la hospitalidad en un contexto difícil

Puntos clave

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    A pesar de un ambiente político hostil a nivel nacional y de la falta de una estrategia local para la migración, las oficinas municipales atienden las necesidades de las personas migrantes.

¿Qué tiene de particular la ciudad?

Amplio servicio para las personas migrantes: a pesar de la ausencia de políticas locales coherentes para la recepción de personas migrantes y refugiadas, Varsovia cuenta con amplios servicios para este colectivo. Al ser la capital y la ciudad más grande del país, Varsovia fue la primera ciudad en experimentar la diversidad que traen consigo los movimientos migratorios. La presencia de un gran número de personas extranjeras ayudó a impulsar varias iniciativas inclusivas tanto en instituciones públicas como en organizaciones sociales. Incluso la propia población migrante fundó algunas de ellas.

¿En qué se centran las políticas migratorias locales?

Centros para la migración gestionados conjuntamente por la ciudad y la sociedad civil: en Varsovia, las personas migrantes pueden usar sus propias organizaciones como plataformas para proponer e implementar proyectos. El Centro Multicultural de Varsovia y el Comité para el Diálogo Social con Personas Extranjeras se destacan como ejemplos de cooperación entre la ciudad y la sociedad civil particularmente efectivos. Algunas de estas organizaciones llevan años activas y se han convertido en elementos permanentes de la vida social de Varsovia.

¿Cuáles son los factores principales?

El compromiso cívico y el rol activo de la Administración: además de la sociedad civil, los actores más importantes en la política migratoria son las oficinas municipales y una serie de instituciones de coordinación. La ciudad también financia varios proyectos de ONG dedicadas a la migración.

Labor política más allá del plano local

El alcalde de Varsovia Rafał Trzaskowski (partido político: Platforma Obywatelska) ha destacado públicamente las contribuciones positivas de las personas migrantes y refugiadas y ha promovido una mayor tolerancia. En junio de 2018, Varsovia firmó la declaración Cities #WithRefugees de la ACNUR, así como un comunicado de la Unión de Metrópolis Polacas para una mayor cooperación en asuntos migratorios. En septiembre de 2020, Varsovia emitió una declaración en la que expresaba su disposición a ofrecer refugio a menores y familias víctimas del incendio del campo de refugiados de Lesbos.

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El informe de la ciudad contiene más información sobre las políticas de migración e inclusión de la ciudad y una selección de los enfoques locales. Informe de 2021, actualizado en 2023.

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Contexto político - Polonia

¿Cómo se organizan las políticas migratorias en Polonia?

Polonia no dispone de ningún documento central válido que defina la política migratoria del Estado. En 2016, tras un año en el poder, el nuevo Gobierno del partido de derecha Ley y Justicia (PiS) anuló el documento Política migratoria de Polonia: estado actual y medidas sugeridas. El PiS justificó su decisión señalando el cambio de la situación migratoria en Polonia (que ha acogido a un gran número de migrantes por motivos económicos desde 2014) y Europa. El Gobierno no ha adoptado ninguna nueva política desde dicha anulación y la política migratoria oficial ha permanecido prácticamente igual que antes del cambio de Gobierno de 2015. Aun así, en la práctica ha habido un cambio importante en las políticas de asilo.

¿Cuáles son los principales cambios de los últimos años?

«La cuestión de las personas refugiadas»

La llamada «crisis de las personas refugiadas» no afectó a Polonia directamente por no tratarse de un país de destino ni de paso para las personas refugiadas provenientes del Próximo Oriente o África. A lo largo de los años, los y las solicitantes de asilo provenían principalmente de las exrepúblicas soviéticas (sobre todo Chechenia, pero también Tayikistán). Entre 2014 y 2015, un número relativamente alto de ciudadanos y ciudadanas de Ucrania (alrededor de 2300 al año) solicitaron el estatus de refugiados en Polonia debido al conflicto en el país.

En 2015, el Gobierno polaco aceptó implementar los programas de reubicación y reasentamiento propuestos por la Comisión Europea como parte de la Agenda Europea de Migración. Sin embargo, después de las elecciones parlamentarias que tuvieron lugar en otoño de 2015, el nuevo Gobierno se retiró del programa, tal y como había prometido durante la campaña electoral. En los años posteriores, el Gobierno polaco se opuso a las soluciones de relocalización de solicitantes de asilo provenientes del sur de Europa. Otro cambio significativo en la política de personas refugiadas fue el cierre parcial de la frontera oriental de Polonia para solicitantes de asilo.

A partir de 2016, las autoridades fronterizas dejaron de aceptar solicitudes de protección internacional y empezaron a negar la entrada a las personas refugiadas. Aunque ha habido demandas exitosas contra esta medida ante los tribunales polacos y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, el bloqueo en la frontera persiste. Esto ha hecho que la cantidad de solicitudes de protección internacional haya disminuido desde 2017, pasando de más de 12 000 en 2015 a poco más de 4000 en 2019.

La seguridad doméstica está en el centro de la retórica pública del Gobierno respecto a la cuestión de la migración. Tanto las afirmaciones de las figuras políticas como los documentos del Gobierno dan cuenta de un claro antiislamismo, mientras que otras personas de la esfera política hablan con comprensión sobre los y las migrantes provenientes de Ucrania o, más recientemente, Bielorrusia. Polonia ha aprovechado la admisión de un gran número de personas procedentes de Ucrania para justificar su negativa a participar en el programa de reubicación de la UE. Sin embargo, la gran mayoría de las personas ucranianas que han llegado a Polonia desde 2014 no han solicitado protección internacional, sino que han migrado con documentos de trabajo o estudios. Las personas procedentes de Bielorrusia tampoco suelen buscar protección internacional. Hasta octubre de 2020, solo 264 bielorrusos y bielorrusas habían solicitado protección internacional en Polonia. En el caso de este colectivo, la entrada en Polonia es posible también gracias a los visados humanitarios (además de los visados de trabajo, estudios o turismo).

Migración forzada

Los Gobiernos polacos han aplicado políticas migratorias similares antes y después de 2015 con el fin de reaccionar ante las tendencias socioeconómicas. Su objetivo ha sido compensar los cambios demográficos y satisfacer las necesidades del mercado laboral. El Estado polaco no tiene una política de reclutamiento activa. Las personas migrantes que llegan a Polonia lo hacen primordialmente por la oferta laboral y formativa. Estos movimientos migratorios no son el resultado de actividades planificadas por el Estado enfocadas a una reserva concreta de mano de obra.

Se estima que los trabajadores y trabajadoras extranjeros constituyen alrededor del 5 % de la fuerza laboral polaca. La gran mayoría proviene de Ucrania. La legislación polaca favorece la migración circular de mano de obra de Europa del Este, de tal forma que a los ciudadanos y ciudadanas de Ucrania, Rusia, Bielorrusia, Moldavia, Armenia y Georgia se les facilita el acceso al mercado laboral. Debido a la demanda del mercado laboral y a las restricciones legales para el reconocimiento de certificados y cualificaciones extranjeras, la mayoría de las personas migrantes cubren empleos no cualificados.

¿Cómo funcionan las medidas de inclusión?

Las actividades de inclusión del Estado polaco son extremadamente limitadas, aunque el Estado apoya la migración temporal y de Europa del Este. Los reglamentos existentes obligan a las autoridades a ofrecer ayuda en materia de inclusión solo a las personas a las que se les haya otorgado protección internacional. Estas pueden acceder a los programas de integración individual financiados por el Estado. Sin embargo, estos programas solo duran un año y se consideran poco eficientes para el aprendizaje del idioma polaco y el acceso al mercado laboral. Ante la ausencia de una política de inclusión nacional, algunas de las principales ciudades del país implementan sus propias medidas inclusivas. Las personas migrantes reciben apoyo ofrecido por organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo, estas actividades tienen un efecto desigual, pues se trata a menudo de proyectos individuales y locales con alcance y duración limitados.